miércoles, 25 de febrero de 2009


Bueno chicos, escribo esto ya en tierra española, aclimatándome a un invierno de los de antes, algo muy duro después de estos meses caribeños y no solo por el clima, que nunca me ha afectado en exceso, sino porque he constatado algo que ya sospechaba; hay muchas formas de vida, algunas merecen ese nombre y otras no tanto. En fin, ajo y agua.
La última entrada fue en un restaurante de Marín llamado “Mango Bay” (este nombre me da siempre la risa floja, no todos entenderán el por que; mas no voy a explicar el juego de palabras, modesto que es uno) que viene a ser como el “Sailor´s Bar” http://www.sailorbar.com/ del deportivo de las Palmas; pero a lo bestia, aprovecho esto para recomendar el Sailor´s, es un sitio muy marinero lleno de gente fantástica, con aspecto de viejos lobos de mar… y algunos hasta lo son.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Al día siguiente un enorme vivandero negro con todos los dientes de oro (si lo veo de noche en un descampado me darían ganas de cambiarme por la langosta de marras) nos trajo pan fresco y salimos pitando a Chatman Bay en la Isla Union; una playa enorme al pie del bosque, con cuatro chiringuitos mal contados; pero lo que más nos ha gustado, a parte de los fondos marinos, fueron los pájaros y pelicanos que pescaban durante horas a 10 metros del Gandul.
Y por fin de vuelta a Marin, una ceñida durilla con una paradita para secarnos en Rodney Bay.
Y nada más por ahora. Mañana zarpamos otra vez a Santa Lucía para que mi chica disfrute de alguna de las cosas que aquí os hemos contado.
De Bequia saltamos a los Cayos Tobago, uno de los pocos fondeos que se hacen en barlovento, gracias a una doble barra de coral. Ese sitio es un paraíso para el esnorquel: peces, corales de todo tipo en una envidiable agua clara. Como despedida de este paraíso terrenal de los peces nos metimos entre pecho y espalda una lobster de tal cuantía que no entró en ninguna de las cazuelas de abordo, por lo que para poder cocerla la hicimos mil y una perrerías. Arderemos en el infierno por eso.



Después seguimos hacia Bequia, saltándonos olímpicamente a la isla del San Vicente, donde el acoso al turista es un deporte nacional, con sus ligas y categorías. Según nos contaron el campeón imbatido de varios años, capaz de pegarse a un candelero o a la cadena del ancla durande 37 horas, se llama Frank Stillheat, más conocido en el ambiente náutico como el SOB de los cojones. En Bequia hicimos la entrada a las Granadinas, disfrutamos de la tranquilidad de una isla pequeña, vimos un antiguo fuerte, tomamos cerveza y nos hicimos amigos de una anciana isleña que regenta un barecillo y a la que traducimos al español un montón de palabras en ingles.






De Rodney Bay (a pesar del nombre os aseguro que no es mío) navegamos hacía Anse Mitan al pié de los pitones. Los pitones son unas formaciones volcánicas del copón, de hecho son los símbolos de Santa Lucía. En esta reserva natural nos trincamos a una boya durante dos días, disfrutando del paisaje, de los magníficos fondos marinos, de las fuentes termales, de un volcán que petó en el siglo XVI, y de los dos o tres…..mil chubascos que nos cayeron encima. De todas estas cosas nos sirvió de cicerón un Santaluceño, fiel seguidor del culto rastafari con porros y todo, llamado Keyson (en la foto es al que le ha dado más el sol ).






Bueno chicos, como os decíamos María y yo estamos en Marín en la francesa isla de Martinica, de la que salimos para conocer otras islas hace algunas o muchas semanas, no sé cuantas exactamente porque el tiempo se ha alargado y retorcido igual que se alargaba de niño y un mes era inabarcable.


En su día salimos de Martinica a Rodney Bay en la isla de Santa Lucía, donde conocimos a un Canario llamado Guillermo, patrón de “La Celestina” todo un puntal, que se atrevió a conducir el coche que alquilamos por esa isla de Dios donde conducen al revés, como hijos de la Gran Bretaña que son. Además de bragado, Guillermo es un hábil cocinero y se marcó un arroz con langostas (Viki no pudo evitar pescarlas, ya lo conocéis) de antología; ha sido un placer conocerlo y sus consejos sobre las Antillas no tienen precio.




lunes, 2 de febrero de 2009




¡Hola a todos!. Soy María. No es por daros envidia pero quiero deciros que ¡estoy en el Caribe!. ¡Je! ¡Je!.... Estoy en Martinica con los chicos. Llegúe el sábado a Fort De France, la capital. Pepe y yo nos hemos quedado en Fort De France hasta hoy lunes, y ahora hemos llegado a Marín, donde está fondeado el "Gandul". Viki ha venido a buscarnos y estamos tomando una cervecita. Los chicos están estupendos, morenos y saludables. Ésto es como el paraiso, sobre todo para ellos. Aunque todavía se quejan porque "hay demasiados barcos". Ellos querrían estar solos.
Aquí os mandamos unas fotos de Fort De France.
Bueno, me despido. Saludos para todos.
María.
Buenas chicos y chicas y seres de sexo indeterminado, bueno pues ya tengo a mi chica (cuantos chicos y chicas vive Dios) a bordo, y ya nos hemos juramentado Vicki y yo para austarla con el tiempo "está muy chungo, esta es la de la muerte" y esas cosas que también se le dan al marques ¿te acuerdas Miguel?
Y eso es todo, os dejo que nos esperan un par de langostas a comer (toma ya fantasmada).
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaadios