De Bequia saltamos a los Cayos Tobago, uno de los pocos fondeos que se hacen en barlovento, gracias a una doble barra de coral. Ese sitio es un paraíso para el esnorquel: peces, corales de todo tipo en una envidiable agua clara. Como despedida de este paraíso terrenal de los peces nos metimos entre pecho y espalda una lobster de tal cuantía que no entró en ninguna de las cazuelas de abordo, por lo que para poder cocerla la hicimos mil y una perrerías. Arderemos en el infierno por eso.
miércoles, 4 de febrero de 2009
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