……………….. Ricard!
Ricard es una catalán que el canoso conoció allá por agosto del 2001 en el refugio pesquero de Arguineguín, aunque entonces ya sabía de su existencia gracias a un articulo de la prensa canaria, donde explicaba que un juez obligaba a la autoridad del puerto a varar su goleta antes de que esta se hundiera en plena bahía de Arguinegín. El caso es que como el pastor King, Ricard tenia un sueño; quería restaurar la goleta, que en su día fue un regalo de un presidente de la república francesa a su hija, e ir al Mar Rojo, donde tenía previsto montar un negocio de buceo. Con el tiempo y a causa de la falta de dinero y de otros contratiempos, este proyecto se fue rebajando; compró otro barco y abandonó el casco de la goleta a medio restaurar y el proyecto del buceo en el Mar Rojo se ha rebajado a pasear a grupos de turistas buceadores por Fuerteventura. Mientras tanto Ricard se recicló obligado por la falta de liquidez, quedándose convertido en poco más que un buscavidas de varadero, uno más de los muchos navegantes varados que hay en todos los puertos deportivos del mundo que sobreviven a base de chapucillas ocasionales. Precisamente, charlando poco después en la bañera del velero del alto barbudo, salió a conversación la vida, obra y milagros de Juan Carlos, uno de esos buscavidas que sienta sus reales en Arguineguín. Juan Carlos es un mestizo mejicano, anciano, aunque sus rasgos, casi orientales, lo disimulan muy bien; pero lo mejor de este hombre son sus historias, para algunos verdaderas, para otros falsas; pero para todos fascinantes. Nació Juan Carlos en………
Ricard es una catalán que el canoso conoció allá por agosto del 2001 en el refugio pesquero de Arguineguín, aunque entonces ya sabía de su existencia gracias a un articulo de la prensa canaria, donde explicaba que un juez obligaba a la autoridad del puerto a varar su goleta antes de que esta se hundiera en plena bahía de Arguinegín. El caso es que como el pastor King, Ricard tenia un sueño; quería restaurar la goleta, que en su día fue un regalo de un presidente de la república francesa a su hija, e ir al Mar Rojo, donde tenía previsto montar un negocio de buceo. Con el tiempo y a causa de la falta de dinero y de otros contratiempos, este proyecto se fue rebajando; compró otro barco y abandonó el casco de la goleta a medio restaurar y el proyecto del buceo en el Mar Rojo se ha rebajado a pasear a grupos de turistas buceadores por Fuerteventura. Mientras tanto Ricard se recicló obligado por la falta de liquidez, quedándose convertido en poco más que un buscavidas de varadero, uno más de los muchos navegantes varados que hay en todos los puertos deportivos del mundo que sobreviven a base de chapucillas ocasionales. Precisamente, charlando poco después en la bañera del velero del alto barbudo, salió a conversación la vida, obra y milagros de Juan Carlos, uno de esos buscavidas que sienta sus reales en Arguineguín. Juan Carlos es un mestizo mejicano, anciano, aunque sus rasgos, casi orientales, lo disimulan muy bien; pero lo mejor de este hombre son sus historias, para algunos verdaderas, para otros falsas; pero para todos fascinantes. Nació Juan Carlos en………
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