..........para aparecer por Arguineguín y comprar el Amanecer, un yol que es desde entonces su hogar, trabajando primero en Anfi del Mar, un complejo turístico de time sharing, y después en las chapuzas que le salían en el varadero.
Esta es la historia que el canoso y Ricard recordaron en la bañera de la Peregrina mientras se tomaban unas cervezas. Y como siempre que hablaban de Juan Carlos y de su extraña vida, volvió a salir la eterna pregunta ¿Es cierto todo lo que cuenta? cuestión para la que hay tantas respuestas como gente que lo conoce. Por lo que respecta al barbicano nunca ha pillado al Mexicano en una contradicción en sus historias, que engarzan perfectamente unas con otras, de forma que cuando hacía referencia a alguien, lo situaba en lugares y situaciones que en otras ocasiones ya había contado, sin que en ningún momento hubiera contradicciones en sus recuerdos; pero falsos o no lo único comprobable es que es Mexicano, que habla ingles perfectamente, que bucea como un profesional, que tiene mañas de navegante experto y que está casado con una holandesa. El resto, sea falso o no, al barbacanas le da igual; siempre recuerda a Juan Carlos y a las largas conversaciones que han mantenido con afecto. Después del par de horas de tertulia Ricard siguió a sus asuntos, dejando al pelicano considerando si debería meter mano a las conexiones eléctricas, o por el contrario dedicarse a alguna actividad que no necesitara la cooperación de sus neuronas, dudas que mostraba una lucidez que nadie podría sospechar del largo canoso, sobre todo en el estado en el que dos cervezas trasegadas con el estómago vacío y los casi 30 grados de temperatura que esa tarde había caldeado el puerto, dejaron su capacidad de razocinio, ya de por si muy menguada, a la misma altura que la del guionista de salsa rosa, dicho sea sin el más mínimo respeto hacia el guionista de marras. No quedaba otra alternativa, dormiría la borrachera. Sin embargo eso daba pie a 5 problemas, el primero......
Esta es la historia que el canoso y Ricard recordaron en la bañera de la Peregrina mientras se tomaban unas cervezas. Y como siempre que hablaban de Juan Carlos y de su extraña vida, volvió a salir la eterna pregunta ¿Es cierto todo lo que cuenta? cuestión para la que hay tantas respuestas como gente que lo conoce. Por lo que respecta al barbicano nunca ha pillado al Mexicano en una contradicción en sus historias, que engarzan perfectamente unas con otras, de forma que cuando hacía referencia a alguien, lo situaba en lugares y situaciones que en otras ocasiones ya había contado, sin que en ningún momento hubiera contradicciones en sus recuerdos; pero falsos o no lo único comprobable es que es Mexicano, que habla ingles perfectamente, que bucea como un profesional, que tiene mañas de navegante experto y que está casado con una holandesa. El resto, sea falso o no, al barbacanas le da igual; siempre recuerda a Juan Carlos y a las largas conversaciones que han mantenido con afecto. Después del par de horas de tertulia Ricard siguió a sus asuntos, dejando al pelicano considerando si debería meter mano a las conexiones eléctricas, o por el contrario dedicarse a alguna actividad que no necesitara la cooperación de sus neuronas, dudas que mostraba una lucidez que nadie podría sospechar del largo canoso, sobre todo en el estado en el que dos cervezas trasegadas con el estómago vacío y los casi 30 grados de temperatura que esa tarde había caldeado el puerto, dejaron su capacidad de razocinio, ya de por si muy menguada, a la misma altura que la del guionista de salsa rosa, dicho sea sin el más mínimo respeto hacia el guionista de marras. No quedaba otra alternativa, dormiría la borrachera. Sin embargo eso daba pie a 5 problemas, el primero......
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