…… rematarlo. Después, siguió contando, se dirigieron al rancho del infortunado y lo arrasaron. Esto, si fue cierto, ocurrió en el México de mil novecientos cuarenta y pocos y Carlos no era mas que un chiquillo. No sé que fue de su adolescencia, ni donde estudió, lo que si sé es que en sus historias acabó en el ejercito, que en México suele hacer labores de policía. De esa etapa el recuerdo más jugoso que contó, ocurrió patrullando a caballo al frente de un pelotón cuando se cruzó con un paisano que llevaba del ronzal a una mula cargada de marihuana. El tipo que tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de la patrulla, era un poco duro y tuvo convencerle para que le contara de donde venia la hierba. El argumento, ciertamente contundente que huso, fue una cuerda al cuello, tensada lo justo para dejar de puntillas al campesino. Sin embargo la información no le fue de mucha utilidad, pues acercándose al lugar que le indicó el hombre al que estiró el cuello se encontró con que este, o su marihuana, tenían muchos amigos, todos armados y todos apuntándole.........
jueves, 19 de julio de 2007
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